6 de julio de 2013

EL PESO CULTURAL DEL EMBARAZO DE ADOLESCENTES

Afrontar de frente y sin esquivos el tema del embarazo adolescente y de las difíciles implicancias que tiene para las futuras madres, es reconocer que tal problemática es la punta de un iceberg profundo.

La estructura patriarcal que conserva nuestra sociedad, establece el ámbito doméstico y de crianza de los hijos/as como un espacio propio de las mujeres, eximiendo a los varones de su responsabilidad con los hijos/as. Por tanto, cuando una adolescente queda embarazada es ella quien asume la carga de tal situación. Dicha carga no es sólo material, sino sobre todo, simbólica.

Al quedar embarazada la adolescente no sólo asume la complicación de su futuro por la posibilidad de deserción escolar y la reducción de sus posibilidades  de profesionalización y, por tanto, de autonomía económica. Sino, además debe lidiar con el juicio social que la señala como culpable de su situación. El embarazo adolescente está cargado simbólicamente de prejuicio, de rechazo y hasta de acusación moral.

Ambas situaciones empujan a las madres adolescentes a pauperizar su condición, terminan siendo víctimas de una sociedad que lejos de brindarles respaldo, en muchas ocasiones les cierra las puertas.

Es necesario reconocer que las madres adolescentes son sujetos de derecho, que no deben ver obstaculizado su proceso educativo, que no deben quedar al desamparo ante el abandono de sus parejas, que no deben ser marginadas en ninguna situación.

Hay mucho por trabajar culturalmente para que su desarrollo no se limite. Empecemos cuestionando los patrones machistas que reducen el rol social de las mujeres, encasillándolas en estereotipos femeninos de belleza, de aspiraciones como el de sentirse realizadas siendo madres o encontrando el “príncipe azul” que les cambiará la vida.


Promoviendo una nueva construcción social de la feminidad, desde la infancia, podemos contribuir al empoderamiento y autonomía de las adolescentes, para que sean más dueñas de sí mismas y puedan afrontar con madurez esta etapa, previniendo embarazos no deseados.

7 de marzo de 2013

RECUPERAR EL CONTENIDO POLÍTICO DEL DÍA DE LA MUJER


El día internacional de la mujer tanto como el feminismo tienen, en sus antecedentes y orígenes, una gesta política.

De hecho, fue en 1910 durante la Internacional Socialista, reunida en Copenhague, que se declaró por primera vez el Año Internacional de la Mujer Trabajadora, atendiendo la solicitud de Clara Zetkin, feminista y militante comunista alemana.

Al año siguiente en países como Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, se celebró por primera vez esta fecha que buscaba reivindicar los derechos de las mujeres y su participación en la política.

Echando un vistazo a la historia se aprecia la profunda significación política que tiene el día internacional de la mujer y el aporte desde las posiciones políticas de izquierda en la lucha por la emancipación femenina.

Son muchas las mujeres que participaron en esta tarea histórica. Pero sólo una más me permito referir por su vinculación con nuestro país: Flora Tristán, precursora del pensamiento feminista, cuyo paso por el Perú le significó la publicación de Peregrinaciones de una paria. Su posición política y su convicción feminista la convierten en una de las primeras mujeres en hablar de unión obrera, de la lucha de proletarios, inyectando a su feminismo un análisis de clase que luego daría lugar al feminismo marxista.

En homenaje a la génesis de estas luchas, es necesario revalorar el contenido político que el día de la mujer posee.

Sus esfuerzos, movimientos y luchas deben recobrar significación política. Así como el feminismo debe recuperar valoración social, salvándose de ser reducido a la noción de género, como insumo de intervenciones de promoción del ‘desarrollo’, desvinculada de su connotación política y transformadora.

Reflexionemos sobre nuestra condición política y las posibilidades que tenemos para enfrentar las relaciones de dominación y subordinación en un sistema capitalista globalizado. Honremos a esas mujeres que se politizaron, que se enfrentaron a las estructuras de dominio, que produjeron grandes transformaciones con sus luchas.

Recuperemos el valor de la política,  no temamos la militancia, ganemos el espacio público, definamos nuestras propias agendas, cuestionemos las relaciones de poder, reavivemos el feminismo, cuidando que nos acompañe el sentido crítico, sin que nos confundan los discursos de gobiernos y posiciones neoliberales que con sutileza se han apropiado y han instrumentalizado el lenguaje y las propuestas históricamente reivindicadas por  posturas críticas.  

Feminismo, política, pensamiento crítico no son malas palabras. Aunque pueden tornarse peligrosas para el statu quo.

2 de marzo de 2013

CUANDO SE AGOTAN LAS IDEAS, LA BARBARIE SE IMPONE

Por: Eliana Pérez Barrenechea[i]
Cuando estamos cerca de la reflexión y debate sobre los procesos de desarrollo y transformación social, comprendemos que hay causas no sólo internas sino también externas, que hay problemas no sólo prácticos sino también estructurales, que la asistencia no es solución sino un paliativo así como las respuestas no vienen desde afuera sino están dentro del seno social, de nuestra entraña. Entonces también podemos distinguir que la violencia social, la delincuencia organizada, el pandillaje juvenil, no son problemas por sí mismos, sino consecuencia de una multiplicidad de factores, pero especialmente “hijos” de un sistema violento, excluyente, corrupto.
Estando esta referencia cercana al sentido común, me pregunto cómo es que las soluciones que se reclaman sólo están relacionadas a elevar la cantidad de policías en las comisarías (y por eso ahora los gradúan prematuramente), a solicitar más armamento, estados de emergencias para que el ejército intervenga, penas de muerte, escuadrones de la muerte, matar delincuentes. Pero, acaso, no distinguimos que esas han sido las medidas y sin embargo, el nivel de inseguridad y violencia sigue en incremento.
Y como a nuestras autoridades se les agotaron las ideas, ahora piden lecciones de seguridad democrática. Nuevo término que pronto será más recurrente en el discurso contra la delincuencia, sobre todo, luego de escuchar las lecciones de su mentor, el ex presidente colombiano Álvaro Uribe.  
Ojalá quienes se encargan de legitimar la gestión turbia de Uribe con esta invitación a nuestra ciudad, sepan cómo explicar a la ciudadanía consciente las verdaderas razones por las cuales traen a un personaje que se le vincula con la organización de grupos paramilitares, con el escándalo de los "falsos positivos" (civiles inocentes asesinados por el ejército colombiano a los que hacían pasar por guerrilleros) y con la narcopolítica (su jefe de seguridad durante su gobierno acaba de ser condenado a 13 años de prisión tras probarse y confesar su colaboración con el narcotráfico).
Quiero entender cómo es que 400 alcaldes se reunirán para escuchar al presidente de la policía secreta (DAS), al de las puertas abiertas para las bases militares norteamericanas y el de los 2,4 millones de desplazados que se contabilizaron durante su mandato. El mismo que tiene una denuncia ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad durante su gobierno.
El expediente Uribe en persona en la casa del pensamiento ilustrado y libertario de Bolívar y Sánchez Carrión, nada más paradójico. Sólo espero, como ciudadana liberteña y como egresada de la Universidad Nacional de Trujillo, que las autoridades políticas y académicas no deshonren el nombre de sus instituciones ni el de la ciudadanía que representan, otorgándole reconocimientos en nombre de una comunidad que no le reconoce ni le respeta.
Finalmente, ya que se hablará de la política de seguridad democrática implantada por Uribe en Colombia, no debe dejarse de mencionar que dicha estrategia está por demás relacionada con la “doctrina de seguridad nacional” promovida por Estados Unidos desde la guerra fría con el objetivo de modificar la misión de las fuerzas armadas de nuestro países latinoamericanos y orientarlos  a garantizar el “orden interno”, con el fin de combatir aquellas ideologías “peligrosas”.
Y a propósito de nuestro visitante, espero que también se hable del poder del narcotráfico y su influyente relación con el crimen organizado y la violencia social, cada vez más evidente en nuestra ciudad, en nuestro país y en nuestra política.



[i] Licenciada en Ciencias de la Comunicación, maestra en administración y gestión del desarrollo humano y doctoranda en Ciencias del Desarrollo Social.

Caricaturas tomadas de:
http://toscanocaricatura.blogspot.com/2012/07/seguridad-democratica.html
http://redrevuelta.wordpress.com/caricaturas/

5 de enero de 2013

Poema


Ser sanjosefana

Es sentir el aroma de hierba y arroz en el ambiente
Es escuchar a lo lejos el murmurar de las máquinas sobre la tierra
Es contemplar un pedazo de cielo oscuro y estrellado

Ser sanjosefana…
Es reconocer con el olfato a su pueblo
Es mirar largo y perderse en la naturaleza
Es ver aparecer la luna más grande y amarilla detrás de un árbol

Ser sanjosefana…
Es ser de un terruño como cualquiera y como ninguno
Es tener memoria histórica y saber que la valentía y la dignidad nos pertenecen
Es crecer dentro del pueblo y corresponderle

Sin embargo y a pesar de todo, ser sanjosefana…
También es sentir dolor por su postergación y lenta agonía
Y es cuando mi ser sanjosefano me incita a luchar
y también a la rebeldía.

Por: Eliana C. Pérez Barrenechea.



SAN JOSÉ: REFLEXIONES CIUDADANAS


A propósito del aniversario de creación política de mi distrito

Celebrar un aniversario más de creación política nos debe invitar a preguntarnos sobre la razón de nuestro distrito, de nuestro pueblo, interrogarnos también sobre su horizonte, hacia dónde vamos o hacia dónde lo llevamos.

He vivido más de la mitad de mi vida en San José, 16 años, que tal vez no suene mucho pero han sido significativos y determinantes. Tuve que salir porque si se trata de ser un profesional, las oportunidades ahí no las encuentras. Entonces la vida te arroja a alguna ciudad cercana, o no tanto, tal vez a un país distante como fuerza de trabajo sin calificación y por ende con un salario que te obliga a ser austero si quieres recompensar el sacrificio de alejarte de los tuyos.

A mí no me tocó un distanciamiento mayor, menos definitivo. Los vínculos con el terruño – como suelo llamarlo – son muchos, y en realidad sigo siendo parte de él. Reconozco que el mayor vínculo debe ser el de  correspondencia. No puedo decir que San José me haya dado las opciones que necesitaba para desarrollarme académica y profesionalmente, pero sí me ha enseñado – cuando ni siquiera  lo comprendía – el pluralismo, la diversidad, la constancia y la vida sencilla.

Elementos que han ido moldeando mi consciencia política y mi posición crítica frente a la vida y el estado de cosas, que me permiten ahora examinar la situación de este pueblo mío, que ahora cumple 156 años de creación política.

Los pueblos no desarrollan en la misma velocidad  que su edad cronológica. 156 años supondría contar con un distrito políticamente maduro, socialmente  estable, económicamente sólido.

Sin embargo, por diversas causas, entre ellas la marginación, la desidia, la desorganización social, la falta de consciencia crítica, la corrupción, la dependencia y la ignorancia; San José se encuentra en una situación que es cada vez más  preocupante y que nos debería ocupar mucho más.

La descomposición social – que aprisiona a muchos pueblos – se refleja en el elevado consumo de alcohol, en la incorporación a actos delictivos de jóvenes y adolescentes, el micro-comercio de droga y su consumo; es un escenario que no quisiéramos tener en el distrito, pero que está presente y no debemos evadir.

Como ciudadanas/os nos corresponde una cuota de responsabilidad por la situación en la que San José se encuentra, debemos  asumir el compromiso de aportar con el desarrollo del distrito y de su gente, devolver con trabajo y con ideas, los años de cobijo.

Es responsabilidad también de las autoridades locales, regionales, nacionales, sectoriales, hacer un trabajo eficiente y proveer mayor inversión pública que redunde en un desarrollo integral, que priorice el desarrollo humano, especialmente de niños/as y adolescentes, que promueva oportunidades de estudio y trabajo, que fortalezca la vocación productiva  del distrito y garantice calidad de vida a su población.

Las potencialidades están en nuestro propio seno, las personas, la tierra generosa, el paisaje, la historia, la tradición, el futuro. Es momento de reconocernos parte de una ciudadanía activa, heredera de un territorio sorprendente, ser parte de la construcción comunitaria de un distrito más justo, más solidario, más libre.

Mi compromiso personal es fehaciente, invoquemos el compromiso social de todos y todas, pongamos a disposición nuestras capacidades, talentos y posibilidades. 

Que los años de vida de nuestro distrito se noten en nuestras calles, en nuestras familias, en nuestras instituciones y en nuestra gente.