5 de enero de 2013

SAN JOSÉ: REFLEXIONES CIUDADANAS


A propósito del aniversario de creación política de mi distrito

Celebrar un aniversario más de creación política nos debe invitar a preguntarnos sobre la razón de nuestro distrito, de nuestro pueblo, interrogarnos también sobre su horizonte, hacia dónde vamos o hacia dónde lo llevamos.

He vivido más de la mitad de mi vida en San José, 16 años, que tal vez no suene mucho pero han sido significativos y determinantes. Tuve que salir porque si se trata de ser un profesional, las oportunidades ahí no las encuentras. Entonces la vida te arroja a alguna ciudad cercana, o no tanto, tal vez a un país distante como fuerza de trabajo sin calificación y por ende con un salario que te obliga a ser austero si quieres recompensar el sacrificio de alejarte de los tuyos.

A mí no me tocó un distanciamiento mayor, menos definitivo. Los vínculos con el terruño – como suelo llamarlo – son muchos, y en realidad sigo siendo parte de él. Reconozco que el mayor vínculo debe ser el de  correspondencia. No puedo decir que San José me haya dado las opciones que necesitaba para desarrollarme académica y profesionalmente, pero sí me ha enseñado – cuando ni siquiera  lo comprendía – el pluralismo, la diversidad, la constancia y la vida sencilla.

Elementos que han ido moldeando mi consciencia política y mi posición crítica frente a la vida y el estado de cosas, que me permiten ahora examinar la situación de este pueblo mío, que ahora cumple 156 años de creación política.

Los pueblos no desarrollan en la misma velocidad  que su edad cronológica. 156 años supondría contar con un distrito políticamente maduro, socialmente  estable, económicamente sólido.

Sin embargo, por diversas causas, entre ellas la marginación, la desidia, la desorganización social, la falta de consciencia crítica, la corrupción, la dependencia y la ignorancia; San José se encuentra en una situación que es cada vez más  preocupante y que nos debería ocupar mucho más.

La descomposición social – que aprisiona a muchos pueblos – se refleja en el elevado consumo de alcohol, en la incorporación a actos delictivos de jóvenes y adolescentes, el micro-comercio de droga y su consumo; es un escenario que no quisiéramos tener en el distrito, pero que está presente y no debemos evadir.

Como ciudadanas/os nos corresponde una cuota de responsabilidad por la situación en la que San José se encuentra, debemos  asumir el compromiso de aportar con el desarrollo del distrito y de su gente, devolver con trabajo y con ideas, los años de cobijo.

Es responsabilidad también de las autoridades locales, regionales, nacionales, sectoriales, hacer un trabajo eficiente y proveer mayor inversión pública que redunde en un desarrollo integral, que priorice el desarrollo humano, especialmente de niños/as y adolescentes, que promueva oportunidades de estudio y trabajo, que fortalezca la vocación productiva  del distrito y garantice calidad de vida a su población.

Las potencialidades están en nuestro propio seno, las personas, la tierra generosa, el paisaje, la historia, la tradición, el futuro. Es momento de reconocernos parte de una ciudadanía activa, heredera de un territorio sorprendente, ser parte de la construcción comunitaria de un distrito más justo, más solidario, más libre.

Mi compromiso personal es fehaciente, invoquemos el compromiso social de todos y todas, pongamos a disposición nuestras capacidades, talentos y posibilidades. 

Que los años de vida de nuestro distrito se noten en nuestras calles, en nuestras familias, en nuestras instituciones y en nuestra gente.

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