10 de agosto de 2015

Comunicación contrahegemónica para el cambio social: El caso Tía María como resistencia comunicativa

I. INTRODUCCIÓN
Se hace necesario que desde campo académico de la comunicación se contribuya a la interpretación de la realidad compleja por la que atraviesa la sociedad peruana cada vez que se manifiestan conflictos sociales. Según el último reporte presentado por la Defensoría del Pueblo (julio, 2015), en el país existen 210 conflictos sociales. De los cuales 149 están activos y 61 latentes. De lejos, los conflictos socioambientales son los más numerosos, 141 según el reporte y de éstos 93 son relacionados a la minería (Recuperado de http://www.defensoria.gob.pe/blog/la-defensoria-registro-210-conflictos-sociales-en-junio/). A principios de este año estalló el conflicto surgido por la ejecución del proyecto minero “Tía María” ubicado en la provincia de Islay en la región de Arequipa. 
Este conflicto ha sido protagonizado por distintos actores sociales que se agrupan en: el Estado peruano, representado por las instituciones públicas de nivel nacional y local-regional. En el primer nivel se mencionan al Ministerio de Economía y Finanzas, el Ministerio de Energía y minas, y al Presidente de la República. En el nivel local-regional han tenido presencia actores políticos como los alcaldes distritales de Deán Valdivia, Punta de Bombón y Cocachacra; así como el burgomaestre de la provincia de Islay. La gobernadora de la Región Arequipa ha tenido una participación más discreta, manteniéndose en una posición más neutral. De otro lado, los actores vinculados directamente al conflicto son: la empresa minera Southern Copper y representantes de la sociedad civil de las comunidades afectadas (campesinos/as, miembros de juntas de usuarios de riego, de rondas campesinas, gremios de trabajadores, etc.).
Foto: Diario El Comercio
Este contexto de conflictividad surge a raíz de que la empresa minera presentó en el año 2011 un estudio de impacto ambiental deficiente en el que la UNOPS, organismo de las Naciones Unidas para la asistencia técnica de proyectos reportó 138 observaciones. Además de los antecedentes de contaminación del río Ilo por parte de Southern Copper. En la interacción de estos actores sociales se han ido construyendo discursos antagónicos que polarizaron el diálogo desde posiciones enunciativas desiguales en cuanto al acceso a los medios de difusión masiva,

que son finalmente quienes recrean la discursividad desde la posición hegemónica en la que se encuentran.
Por tanto, esta investigación se propone interpretar las relaciones comunicativas en la trama social generada en el conflicto medioambiental Tía María desde una perspectiva crítica que considera a la hegemonía como categoría central de análisis.  Para ello, se han identificado las prácticas comunicativas de los actores sociales, su acceso a medios tradicionales y alternativos, observándolos desde la dualidad hegemónica y contra hegemónica de la comunicación. Esta realidad problemática interpela a la comunicación y a quienes estamos en el plano académico, desde este oficio ¿cómo podemos aportar al afianzamiento de una cultura más democrática, en un contexto de concentración mediática?, para dar una posible respuesta a tal interrogante se recurre a las nociones de Antonio Gramsci sobre el papel de los intelectuales y la pertinente diferenciación que realiza entre los intelectuales orgánicos y los intelectuales tradicionales; así como, a las nociones de Gonzalo Portocarrero que plantean la contribución de los intelectuales para anteponer valores civilizatorios, tan necesarios en estos contextos.


II.     DESARROLLO
Hegemonía y contra hegemonía en la comunicación
Gramsci rescata el concepto de hegemonía de su significación militar para explicar, desde el plano cultural, su connotación ideológico-política con la que hace referencia a la visión mayoritaria sobre el mundo y su funcionamiento, construida por la clase dominante y asimilada acríticamente por gran parte de las clases sociales subalternas como una visión propia. Se convierte de esta manera  en la visión naturalizada y por lo tanto legítima de la realidad (Wortman, 2007).
Esta noción explica el papel hegemónico de los medios de difusión como legitimadores de la ideología dominante, ya que masifican y uniformizan el pensamiento político de las mayorías. Construyen voceros fiables que producen explicaciones sobre los problemas sociales y ofrecen las soluciones correctas. La disputa por el poder de la comunicación es a todas luces desigual. Apenas pueden aparecer algunas voces contra hegemónicas que planteen una mirada crítica y desde la perspectiva de contraria.
Esta concepción de las relaciones entre hegemónicos y subalternos implica asumir que no hay simetría entre las instancias emisoras y receptoras. Superando la ingenuidad de ciertos análisis que interpretaban el principio de indeterminación del sentido formulado por Verón como libertad resignificadora absoluta de los receptores, entendemos que algunos sujetos ostentan mayor legitimidad a la hora de generar sentidos (Uranga, 2007:21).
Althusser advierte que los aparatos ideológicos del Estado (AIE) no son solo los medios de comunicación, también se encuentran otras organizaciones existentes en la sociedad, como la escuela, la iglesia,   la familia, los partidos políticos. Althusser (1977) citado por Zino Torrazza (2000) explica que "Todos los aparatos estatales funcionan a la vez mediante la represión y la ideología, con la diferencia que el Aparato (Represivo) Estatal funciona de modo prevaleciente por la represión, mientras que los AIE funcionan predominantemente de modo ideológico”. Recuperado de http://www.ub.edu/penal/docs/ARE_AIE.htm
Desde las nociones de hegemonía de Gramsci y de ideología de Althusser ubica al análisis de la hegemonía y contra hegemonía de la comunicación en el plano cultural, ahí donde se van construyendo  los discursos y las prácticas sociales. Sin embargo, estas nociones no cierran el análisis para las resistencias que tales prácticas pueden ir generando en distintos frentes culturales. Precisamente, el movimiento de campesinos, autoridades locales y demás ciudadanos y ciudadanas de la provincia de Islay, movilizados para hacer resistencia a un proyecto hegemónico de desarrollo que los mantiene postergados, se constituye en un frente cultural de resistencia que desestima el discurso arbitrario de un Estado ausente en la promoción económico-social y garante de intereses económicos transnacionales.
El concurso de los medios masivos de información tiene un papel protagónico en esta polaridad discursiva. La concentración de medios en manos del grupo El Comercio, vinculado también a empresas comprometidas con el rubro minero, posiciona el discurso de los voceros de la economía liberal, reducido a una simplista oposición entre “anti-mineros radicales” y “pro-mineros democráticos”. Con la complicidad del silencio y pasividad de un Estado dependiente, los medios cumplen su papel de legitimador ideológico y van posicionando, fuera de la trama comunicativa en la que se da el conflicto, el discurso hegemónico que abraza con optimismo el modelo económico neoliberal, respaldados por voceros de la empresa minera y por representantes del Poder Ejecutivo (Presidente de la República y ministros de Estado) en una alianza Gobierno-Empresa que promueve a la actividad minera como generadora de desarrollo, desoyendo y descalificando las preocupaciones del movimiento social que la resiste. 
El papel parcializado de la prensa nacional y el desgaste de un sistema económico que va perdiendo legitimidad en las bases sociales a las que excluye ha ido fermentando un frente de resistencia contra hegemónica concretada en el movimiento social arequipeño, sostenido por las bases sociales, dando lugar a nuevas formas orgánicas como el de las mujeres de Islay surgidas en esta coyuntura con una identidad vigorosa y que marcharon con firmeza evidenciando una alianza que no es común observar en otras circunstancias. Esta observación es respaldada por la participación de los reservistas, licenciados del Ejército Peruano, que han concurrido de distintas partes de la región para sumarse a las marchas del campesinado, constituyendo un elemento de particular significación. Aportaron a la contextualización de este discurso contra hegemónico, el compromiso de representantes del Estado en su expresión de gobierno local, los alcaldes distritales y el alcalde provincial de Islay. Situación, esta última, nada subestimable  ya que visibiliza ciertas fisuras del Estado entre su expresión central y local. Tal como lo señala Uranga “Los sujetos van configurando a lo largo de su experiencia en la sociedad el campo de efectos posibles, determinados sentidos que cuentan con una mayor disposición a ser escuchados, leídos, percibidos” (2007:21).
 
¿Y los intelectuales de la comunicación?
Gramsci considera que todos los hombres, al margen de su profesión, manifiestan alguna actividad intelectual, y ya sea como filósofo, artista u hombre de gusto, participa de una concepción del mundo, observa una consecuente línea de conducta moral y, por consiguiente, contribuye a mantener o a modificar un concepto universal, a suscitar nuevas ideas. Pocas profesiones y actividades intelectuales como las de la comunicación, están involucradas directamente con la construcción de sentidos en la sociedad, de ello resulta indispensable que se reflexione respecto al grado de conciencia política y la consecuente posición que tienen las y los comunicadores frente a su realidad (Recuperado de http://www.abogadonotariopr.com/images/SP/la_formacion.pdf).
El intelectual construye un público gracias a un uso imaginativo, poético, del lenguaje. Un uso que conmueve, que emociona y moviliza, pues redefine la percepción del presente y hace nacer la esperanza de un mejor futuro. Despierta ilusiones en torno a la posibilidad de hacer algo grande, hermoso y verdadero (Portocarrero, 2015:14).
Esta visión del intelectual reúne una aspiración idealista de los intelectuales, una visión necesaria para estos tiempos de hegemonía, pero un reto en un contexto como el actual en la que la figura del intelectual está sujeta a los desafíos que el mercado plantea en su lógica instrumental. Los comunicadores no solo no están exentos de ella sino que en su formación  les han convencido que parte de su función es dar sostenibilidad a este sistema. Al respecto Martín Serrano hace una crítica a la formación universitaria de los comunicadores:
En el ámbito de la comunicación los contenidos instrumentales fácilmente se confunden con los conocimientos que instrumentan. Así sucede cuando la formación técnica de los futuros profesionales de la comunicación está orientada principal o exclusivamente a la explotación inescrupulosa de las tecnologías y de las mañas del oficio; a capacitar a los y las estudiantes para que algún colectivo haga determinadas 2 cosas de determinada forma (por ejemplo, comprar, votar, trabajar). (2005:2-3).
Frente a esta realidad Martín Serrano rescata el aporte de la teoría de la comunicación en la formación científica de los comunicadores, la misma que debe proveerle de conciencia respecto al uso instrumental que puede llegar a tener la comunicación, siendo capaz de distinguir entre la obra del científico y la del manipulador. Esta distinción del comunicador científico y del comunicador instrumental sirve para explicar, haciendo un paralelo, la clasificación de intelectuales que hace Gramsci entre orgánicos y tradicionales, respectivamente.
La formación de los estamentos intelectuales en la realidad concreta no se produce en un terreno democrático abstracto, sino conforme a procesos históricos tradicionales muy precisos. Se crean por las capas que tradicionalmente "producen" intelectuales y que son las mismas que habitualmente se especializan en el "ahorro", o sea, la pequeña y la media burguesía del campo y algunos estratos de las de la ciudad. (Gramsci. Recuperado de http://www.abogadonotariopr.com/images/SP/la_formacion.pdf).
El tipo de intelectual que destaca Gramsci es el ligado orgánicamente al desarrollo de la organización política de la dase obrera. Este nuevo tipo de intelectual dirigente se caracteriza por el conocimiento de los problemas de la producción, de la técnica y de la economía. Responde a las demandas del seno social y ejerce una posición contra la hegemonía.
Por su parte Portocarrero sostiene que “otra faceta de modernidad en el intelectual es la apelación al diálogo y la razón. No son verdades de fe proclamadas por alguna autoridad lo que él defiende. Son los valores civilizatorios en principio aceptados por todos” (2015:14).
Este es el papel que le corresponde a los comunicadores, que dotados de un entendimiento crítico de la realidad y de su propia profesión, se constituya en un nuevo tipo de intelectual, vinculado a los frentes culturales que emergen en resistencia contra hegemónica en la interioridad de esta sociedad  moderna, aportando en la transmisión de valores civilizatorios que contribuyan a una nueva formación social.


El quehacer de la comunicación para el cambio social
Construir espacios desde la comunicación en los lugares del conflicto es importante para el ejercicio ciudadano visto desde otra perspectiva.  La democracia  también se construye generando espacios para la discusión con los distintos actores sociales. La comunicación para el cambio social lo logra haciendo uso del vínculo irrompible entre ciudadanía y bien común.  Así fortalecemos la participación de los actores inmediatos de diferentes luchas que han venido siendo disminuidas en la mayoría de los medios de comunicación. De esta manera también estamos haciendo surgir espacios de resistencia contra hegemónica. 
La comunicación alternativa es un instrumento de la lucha popular contra el poder, de ahí que una de las diferencias fundamentales entre la teoría de la comunicación alternativa y la teoría de la comunicación dominante deba encontrarse en la teoría del emisor y en las condiciones de producción de signficado”. (Moragas Spa, en Vidal Beneyto, 1979, p.78. Recuperado de
Esta comunicación alternativa, que haga frente a la hegemonía instalada por los grandes medios de comunicación, se hace más necesaria en un contexto convulso como el del Perú y sus conflictos socioambientales. Arequipa ha demostrado, desde lo local, ser capaz de articular propuestas de resistencia movilizadas contra el poder económico. En este nivel tenemos que promover nuevas formas de comunicación, y hacer uso de la alternatividad que pueden ofrecernos los medios tradicionales o las plataformas virtuales que bien acompañan a estos procesos de cambio social. (Rodríguez, Obregón y Vega. 2002)


 III. A MODO DE CONCLUSIÓN
Las relaciones comunicativas observadas en la trama social del conflicto medioambiental Tía María evidencian una disputa desigual por el poder simbólico que ejerce la discursividad expresada en las prácticas sociales en este contexto de conflictividad. Sin embargo, a pesar de tal desigualdad, hay una esperanza que puede ser fortalecida por una comunicación alternativa y por un nuevo tipo de intelectual de la comunicación, uno orgánico y articulado a las bases sociales, vinculado a los frentes culturales contra hegemónicos.
Tarea pendiente que podemos trabajar desde el ámbito académico, en la formación de las y los comunicadores para posicionar valores civilizatorios congruentes con los sentidos más hondos que tiene la comunicación: un ponerse en común para el bien común.


 IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Gramsci, A. La  formación de los intelectuales. Recuperado de  
     http://www.abogadonotariopr.com/images/SP/la_formacion.pdf
Martín Serrano, M. (2005). ¿Para qué estudiar teoría de comunicación).     
     Recuperado de http://www3.ulima.edu.pe/Revistas/contratexto/pdf/art2.pdf
Portocarrero, G. (2015). “Introducción al libro La urgencia de decir nosotros” PDF
Rodríguez, C., Obregón, R., Vega, M. (2002). Estrategias de comunicación para el cambio social.     
       Quito, Ecuador: Friedrich Ebert Stiftung.
Wortman, A. (2007). Capítulo II. Hegemonía, globalización cultural y concentración de medios. El
        lugar del intermediario cultural en una Argentina devastada. En publicación: Construcción   
        imaginaria de la desigualdad social.  Argentina:CLACSO.
Zino, J. (2000) La estructura social, Murcia, Universidad Católica  
     San Antonio (en prensa). http://www.ub.edu/penal/docs/ARE_AIE.htm



2 de junio de 2015

LIBERTAD VIOLADA

Los mitos son creaciones humanas compartidas en un ámbito cultural determinado y que  han cumplido la función de cubrir vacíos frente a lo que no alcanzaba explicar la razón humana común. Así, fueron sustentando los fundamentos de las religiones y promoviendo, a partir de ese marco de entendimiento, interpretaciones de la realidad y parámetros de conducta.

Si bien la libertad de culto es un derecho de las personas, ello implica el derecho de creer o no creer y por extensión el respeto a dicha decisión. En las democracias modernas el Estado deja de ser confesional y se convierte en un Estado laico sin compromiso religioso asumido. En este contexto de modernidad, el Estado no debe supeditar sus políticas ni leyes a los dogmas o a la moral de una determinada religión. Sin embargo, en la práctica se aprecia que las personas que alcanzan poder de decisión intervienen desde sus convicciones confesionales individuales sesgando leyes o políticas públicas.


Un ejemplo claro lo hemos visto en el actual Congreso de la República cuando se ha obstaculizado el debate sobre el proyecto de ley de despenalización del aborto en casos de violación; primero, en la comisión de Justicia y derechos humanos que en el mes de mayo lo archivó; posteriormente, en la comisión de Constitución que en este mes evadió y postergó su debate.

Libertades en juego
Las libertades de las que gozamos actualmente las mujeres han sido históricamente una conquista, una lucha contra la sociedad patriarcal y la misoginia. Los movimientos feministas han contribuido a alcanzar condiciones de mayor equidad entre varones y mujeres, desde los derechos civiles y políticos hasta los derechos económicos, sociales y culturales.

Sin embargo, en nuestro país existe una flagrante y vergonzante vulneración a la libertad sexual de las mujeres. Que Perú ocupe el tercer lugar en el mundo en casos de violación sexual evidencia la incapacidad del Estado de garantizar a las personas un entorno seguro. La cifra brindada en un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2013 nos pone por debajo solo de Etiopía y Bangladesh, donde las violaciones crecen porque las mujeres son obligadas a casarse antes de los 15 años. 

Si esta cifra no es suficiente para indignarse, conozcamos el número de violaciones denunciadas anualmente que nos ponen en tan despreciable lugar. Según datos del Ministerio Público son 15 mil peruanas las abusadas sexualmente y el 90% de estos casos quedan impunes. Las estadísticas reportan 48 casos de violación sexual cada día, dos mujeres atacadas cada hora, de las cuales el 78% corresponde a niñas y adolescentes. El Perú mantiene el primer lugar de Sudamérica en violación sexual.

Si el Estado, las familias, las instituciones educativas y la sociedad peruana en general hacen muy poco para impedir que esta realidad oscura cambie; al menos, deberían garantizar que ante la vulneración de la libertad sexual de las mujeres, ellas puedan tener la libertad de decidir abortar. Según la OMS el porcentaje de mujeres violadas que resultan embarazadas oscila entre el 10% y 30%.

Pero lamentablemente vivimos en una sociedad que no solo demuestra estar enferma con estos indicadores sino también enferma de indiferencia. Tenemos un Congreso de la República que no representa los intereses de la ciudadanía, que sucumbe ante intereses personales y de grupos de poder, que legisla en función de dogmas e impide hasta la posibilidad de debatir el tema.

Siendo las cifras de violación sexual en el Perú a toda luz escandalosas, siendo el 90% de las víctimas niñas y adolescentes, siendo que el 71% de  la muerte de mujeres entre 15 y 29 años es por suicidio y que el riesgo de cometerlo aumenta en casos de violación sexual, no podemos permitir que los mitos se impongan a la razón.

Demandar respeto a la libertad
Es necesario un debate alturado sobre el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo y sobre la libertad de concepción. Si el Estado no garantiza una vida segura para las niñas, adolescentes y adultas no puede imponerles un castigo mayor al obligarlas a dar luz al hijo de su violador. Si la sociedad sigue indiferente a este problema o peor aún se guía de dogmas, mitos o prejuicios como el pensar que las mujeres son violadas porque provocan a los hombres con su vestimenta o que no hay necesidad de despenalizar el aborto en casos de violación porque las mujeres violadas no pueden embarazarse; entonces tendremos que asumir la corresponsabilidad por complicidad de ser el tercer país en el mundo que violenta la libertad sexual de las mujeres y su libertad de procrear por decisión propia.



Si usted se indignó con esta información y considera que no puede mantenerse inmune a esta realidad que se nos oculta, entonces súmese a la corriente de opinión que pide al Congreso de la República que despenalice el aborto en casos de violación. Demostremos que hemos evolucionado, que la libertad y la dignidad humana es el principal referente de nuestra vida en sociedad. El medioevo no debe retornar. 

12 de febrero de 2015

DES-ENCUENTROS ENTRE COMUNICACIÓN, DESARROLLO Y SOCIEDAD

INTRODUCCIÓN:
Cerca de cuatro siglos antes de Cristo, Aristóteles había advertido la naturaleza política del ser humano. El zoon politikon[1] se manifiesta en la vida social y en los espacios culturales que los seres humanos vamos construyendo en comunidad, en la interacción tanto interpersonal como la mediada por las nuevas tecnologías. Necesitamos del entorno y de los demás para sobrevivir. ¿Y qué hace posible esta convivencia sino la comunicación que nos permite ponernos en común? ¿Y qué hace posible o imposible la comunicación?[2]
Estas preguntas nos invitan a la reflexión y al análisis de nuestro territorio académico, la comunicación. No se pretende ensayar respuestas acabadas, sino por el contrario, develar la complejidad que ellas encierran y anclar – tal vez – en interrogantes más específicas que permitan reconocer aspectos presentes en la trama de nuestra convivencia pero que no han sido suficientemente atendidos.
La primera pregunta guiará el desarrollo del presente ensayo; la segunda es una pregunta ontológica, de implicancias teóricas rigurosas, que no pueden ser resueltas en un trabajo puntual como el presente; sin embargo, se la refiere para considerar situaciones y contextos  de desencuentro que entorpecen la comunicación en la vida en comunidad.
Con estas premisas se analizarán los encuentros y desencuentros entre comunicación, ciudadanía y sociedad. Esto es, observar la dimensión política del ser humano, expresada en la convivencia con su entorno y en las decisiones que va tomando, a partir de la comunicación (encuentro) o incomunicación (desencuentro) que se presenten; analizados en un contexto local-regional.

I.       Desencuentros internos en la comunicación
El encuentro entre la ciencia y la comunicación se ha dado tardíamente. “La mayoría de autores señalan que los primeros estudios de comunicación se desarrollaron en las tres primeras décadas del siglo XX, aunque tuvieron antecedentes en el siglo anterior, siendo los planteamientos filosóficos y sociológicos referentes a la sociedad de masas, los primeros esfuerzos investigativos” (Lozano; 2007: 20).
Hace menos de un siglo que la psicología conductista se interesó en estudiar de qué manera los medios masivos servían como estímulos y producirían respuestas en una masa de receptores.[3] Tiempos en los que la sociología crítica y la filosofía europea interpretaban el papel de las industrias culturales, especialmente de los medios masivos de información, como formadores de pseudocultura afín a la sociedad de consumo capitalista.[4]
En la década de los 40 del siglo que nos antecede, los estudios de la sociología funcionalista ponen en entredicho la omnipotencia de los medios y destacan la influencia personal en el impacto de las audiencias.[5]
Posteriormente se pone sobre el tapete de la comunicación masiva, el papel activo de las audiencias y su capacidad de usar a los medios según su conveniencia.[6]
En estudios más recientes, en el último tercio del siglo XX, aparecen los estudios culturales que nos ofrecen otra perspectiva en la comprensión de la comunicación, considerando las condiciones y características de cada cultura en la recepción que se hacen de los mensajes masivos.[7]
En Latinoamérica ha ido madurando el campo académico de la comunicación y sus producciones científicas gracias a los aportes de la llamada Escuela Latinoamericana de la comunicación[8] (Marques de Melo, 2009); caracterizándose por sus estudios de fuerte implicancia cultural en el que se toma en cuenta como elementos activos de la comunicación que llevan a descentrar los estudios de los medios a las mediaciones socio-culturales.
Quedan pendientes de la referencia otras aproximaciones importantes al estudio de la comunicación, tales como los enfoques semióticos, cibernéticos, económicos, entre otros.
De lo mencionado anteriormente podemos señalar que el desarrollo del estudio científico de la comunicación masiva ha ido madurando a partir del aporte teórico de distintas disciplinas. Sin embargo, se observa que la comunicación no se reduce al campo de las mediaciones tecnológicas sino la reconocemos viva y reproduciendo la vida en comunidad.
Aquí podemos identificar un primer desencuentro interno de la comunicación como perspectiva científica. Serrano, M. (2005) considera que el enfoque ateórico de la enseñanza de la comunicación empobrece la formación universitaria y degrada el quehacer de los comunicadores a la reproducción de técnicas sin comprensión de las implicancias de la comunicación en la vida social.
Las demandas laborales crecientes en nuestra sociedad, sumadas a la mercantilización de los servicios educativos y a la preponderancia de la moral del éxito profesional como símil de beneficio lucrativo, promueven que las propuestas de carreras universitarias (dentro de ellas la comunicación) se orienten a formativas pragmáticas, funcionales al status quo sin capacidad de interrogar el sistema social y sus exclusiones, menos de generar alternativas de cambios desde los distintos campos de la ciencia. Constatándose la distancia de la Universidad peruana para adentrarse y responder a las necesidades sociales.
Alfaro advierte que esto:
trae como consecuencia, el entendimiento generalizado y sesgado de la comunicación desde una perspectiva operaria e instrumental, con comunicadores/as que no se sienten interpelados/as como profesionales para enunciar o identificar problemas sociales, generar análisis y discusión sobre los mismos, comprender los procesos histórico-sociales que atraviesan nuestra sociedad, generar debate sobre los enfoques y propuestas de desarrollo, respondiendo a las demandas de discusión que de allí surgen (Alfaro, 2006: 39).
De este primer desencuentro señalado, se deriva otro: el de la comunicación con la investigación científica. El comportamiento de la investigación en comunicación es limitado, reduciéndose a trabajos universitarios encasillados en el paradigma positivista[9] que las mismas universidades promueven, reduciendo opciones de investigaciones cualitativas o de enfoque mixto que exploren, interpreten y ahonden en la comprensión de fenómenos comunicativos más allá de sus mediciones cuantitativas y que permitan formular nuevas rutas de indagación.
Este escenario nos indica que no existe, aún, una articulación visible o efectiva entre el compromiso de ciencia universitario y el ámbito de la acción social pública o privada. Pudiendo ser estos espacios potenciales para la prestación investigativa y de aplicaciones profesionales, en ámbitos de mucho valor como las intersecciones de la comunicación con el desarrollo y el cambio social. Este desencuentro entre la comunicación, como propuesta académica y la sociedad será revisado en el siguiente punto.
II.      Desencuentros comunicativos en un contexto de exclusión e inclusión
Tomando la reflexión de Amartya Sem[10] sobre exclusión, habremos de interrogarnos respecto a las situaciones de exclusión que se dan en nuestro ámbito local y regional; distinguiendo las situaciones de inclusión desigual.
Sem considera la exclusión como una forma de privación, por ejemplo la violación del derecho al trabajo implicará una violación de derecho a través de la exclusión. Sin embargo; distingue el concepto de inclusión desigual. No tener acceso al trabajo es estar excluido, mientras que trabajar en condiciones precarias es un ejemplo de inclusión desigual, ya que aún incluido recibe menos de lo que le corresponde. (Sem, 1993)
La recomendación de Sem (1993: 30) de “tener presentes las dos modalidades de desigualdad y trato desfavorable y carente de equidad – tanto en la exclusión como en la inclusión – y de no confundir la una con la otra”, nos demanda a los comunicadores capacidades para analizar la realidad social, especialmente aquellos subsistemas de exclusión, pero sobre todo capacidades para realizar propuestas de transformación.
Alfaro considera a la comunicación válida por sí misma, útil y central en los procesos de desarrollo alejándose de la concepción simple que la reconoce sólo como un complemento de los programas de desarrollo. Ella sostiene que la comunicación no sólo aporta metodológicamente al desarrollo, sino que es también, un fin de éste, vista la comunicación “como objeto mismo de transformación de la sociedad y de los sujetos que la componen” (Alfaro, 1993: 11).
Compartiendo las nociones de Alfaro, es que se vincula a la comunicación como alternativa de acción en el propósito de reducir brechas o silencios en el discurso del Estado que no responden a necesidades ciudadanas de alta urgencia, como el de comprender oportunamente y con claridad la naturaleza de las políticas sectoriales. La comunicación entendida como relación (Alfaro, 1993) debe procurar el levantamiento de la opinión ciudadana y el encuentro con las instancias públicas.
“El concepto de encuentro, entendido como el ámbito en el que fluyen las apelaciones y respuestas, puede convertirse en el referente paradigmático de toda pedagogía bien centrada. De ese modo, educarse en el lenguaje auténtico[11] haría posible alcanzar la soberanía del sujeto y contribuiría a la construcción intercultural de la convivencia y el conocimiento”. (Godenzzi, 2005: 205).
Se entiende entonces que las condiciones de calidez producidas por este acercamiento expresa la posibilidad de socialización del Estado frente a los vacíos o ausencias que afligen a la relación ciudadanía-Estado.
Así como Alfaro (1993) trae como referencia el concepto de “El retorno al sujeto” de los Mattelart, en referencia a las nuevas concepciones teóricas de la comunicación y el desarrollo, que sustantivizan al sujeto como agente de la historia; también las prácticas de la comunicación deben alentarse considerando otras nociones válidas como las de Sem que no reduce el desarrollo a las condiciones económico-materiales, sino lo equipara con la práctica de libertades.
Una en especial es preciso resaltar, la libertad de agencia, cuyo propósito es construir un sujeto agente, capaz de realizar las acciones que decide llevar a cabo. (Cortina, 2009).
Este enfoque de desarrollo de Sem trasciende el enfoque de necesidades y propone uno basado en las capacidades del ser humano, en su libertad de hacer y ser. Esta propuesta de desarrollo, que reafirma a la humanidad como centro, requiere una concepción y práctica comunicativa que identifique situaciones de exclusión, supere distancias, consolide presencias y establezca encuentros a partir del interés común.
En su texto Primero la gente, Sem invoca una frase de Millian, para referir que la democracia debe incluir un “gobierno por debate”. Asimismo, citando a Rawls sostiene que los acuerdos a los que se lleve en democracia deben ser tomados por “agentes razonables”. Dice Sem (1993: 45):
Para lograr esa característica de lo razonable es necesaria la voluntad política de individuos dispuestos a superar los límites de sus propios intereses específicos. Pero plantea igualmente exigencias sociales para ayudar a un discernimiento justo, que incorpore el acceso a la información pertinente, la oportunidad de escuchar diversos puntos de vista, y la posibilidad de estar expuesto a discusiones y debates públicos y abiertos.[12]
Se distingue la inspiración del universo individual que va al encuentro de las complejidades sociales alimentado por valores de solidaridad y justicia, con necesidad de información oportuna y útil, y con amplitud para escuchar la voz de las diversidades en el juicio público abierto. Esta propuesta de Sem dimensiona lo comunicativo como elemento central y articulador para lograr una política distinta, una que responda –desde lo razonable – al bien común.
Se entiende entonces, como ineludible la concurrencia disciplinar y el concurso decidido, consciente y organizado de los comunicadores/as para materializar la superación de desencuentros y el aseguramiento de la superación de las exclusiones.

III.           La incertidumbre que nos hará avanzar
Como se ha señalado, el reconocimiento y la superación de los desencuentros constituyen el motivo central del quehacer de la comunicación y los comunicadores/as; mucho más en una escena histórico-social con graves implicancias pero con hermosas expectativas por alcanzar el paradigma democrático como un horizonte concreto y cercano que alcance las justas aspiraciones de las mayorías sociales, como agentes y constructores de su propia historia.
Las expectativas están sobre la comunicación, nos corresponde estar a la altura de ellas, para eso debemos enfrentar nuestros propios desencuentros y responder con soluciones a por lo menos cinco situaciones:
- La fragmentación temática de las propuestas de desarrollo con la consiguiente pérdida del sentido de integralidad que requieren las propuestas de cambio social.  
- La despolitización de la comunicación, que la aleja de su carácter movilizador y de su capacidad de construcción ciudadana. Así como la desconexión entre desarrollo y democracia, donde ambos aparecen como opciones diferenciadas y optativas. 
- La marginación de la cultura de las propuestas de comunicación y del desarrollo. Escaso conocimiento de las dinámicas culturales y de los factores que la alteran.
- La visión acrítica del modelo de desarrollo económico hegemónico y de las nuevas configuraciones desiguales que produce la globalización.
- Desconocimiento del ciudadano como agente activo, complejo y heterogéneo.
Frente a estos horizontes habrá que seguir interrogando a la comunicación:
¿Qué tipo de formulaciones y propuestas en comunicación se deberían producir de tal manera que las diferencias sociales que se observan no se profundicen?
¿Qué tipo de formulaciones y propuestas en comunicación se deberían producir de tal manera que las diferencias que se observan pudieran superarse?
Interrogantes que las debemos contrastar necesariamente con nuestra realidad y desde los paradigmas cualitativos de la ciencia que nos invitan a profundizar en implicancias sociales concretas para despejar interrogantes y producir respuestas.



BIBLIOGRAFÍA
Alfaro, R. (1993). Una comunicación para otro desarrollo. Lima, Calandria.
------------. (2006). Otra brújula. Innovaciones en comunicación y desarrollo. Lima,  
Calandria.
Carbonel, L. (2012). Tesis: Carácter de las investigaciones en comunicación en las  
Universidades de Trujillo. Escuela de Ciencias de la comunicación, Universidad Nacional de Trujillo.
Cortina, A. (2009). Pobreza y libertad: erradicar la pobreza desde el enfoque de
Amartya Sem. Madrid, Tecnos.
Godenzzi, J. (2005). En las redes del lenguaje. Cognición discurso y sociedad en
los andes. Lima, Universidad del Pacífico.
Marques de Melo, J. (2009). Pensamiento comunicacional latinoamericano. Entre el
saber y el poder. España: Comunicación social, ediciones y publicaciones.
- Lozano, J. (2007). Teoría e investigación de la comunicación de masas. México:
Pearson Educación.
- Sem, A. (1993). Primero la gente: una mirada desde la ética del desarrollo a los
principales problemas del mundo globalizado. Barcelona, Deusto.
- Serrano, M. (2007). Teoría de la Comunicación, la comunicación, la vida y la sociedad.  España: McGraw-Hill.






[1] Expresión griega escrita por el filósofo estagirita Aristóteles en su obra Política (libro I), para hacer referencia a la naturaleza cívica de los hombres.
[2] Esta segunda pregunta es el punto de partida del comunicólogo catalán Manuel Martín Serrano para el desarrollo de su teoría de comunicación. Véase: Martín, Manuel (2007) Teoría de la comunicación. La comunicación, la vida y la sociedad, Madrid, Mc Graw-Hill.
[3] Al respecto buscar sobre teoría de la aguja hipodérmica o bala mágica.
[4] La Escuela de Frankfurt desarrolla la teoría crítica para analizar la sociedad moderna y sus implicancias en la vida de las personas.
[5] Ver sobre el modelo de comunicación en dos pasos de los teóricos Katz y Lazarsfeld.
[6] Se puede revisar la teoría de usos y gratificaciones.
[7] Se puede ahondar en el tema consultando por los estudios culturales de Birmingham.
[8] Marques de Melo sostiene que la afirmación de la mirada latinoamericana, reivindica la identidad sociocultural de los estudios de la comunicación en nuestra megarregión y enfrenta el tradicional complejo del colonizado. (2009: 25-26)
[9] El 95% de las investigaciones de las Escuelas de Ciencias de la comunicación de las Universidades trujillanas son cuantitativas, según lo demuestra la tesis de Carbonel, L. (2012)
[10] Economista indio, galardonado con el premio Nóbel de economía (1998), proponente del modelo de desarrollo humano.
[11] Cursiva agregada intencionalmente para resaltar el concepto.
[12] Se resalta en negrita las palabras que explicitan un componente comunicacional.

24 de septiembre de 2014

EL LENGUAJE COMO INSTRUMENTO DE DOMINACIÓN

Comprender al lenguaje como tecnología ayuda a percatarse del uso que se hace de él, a entender que en sí mismo está por encima del bien y del mal. 

Cuando asumí esta idea, entonces, entendí cómo era posible que el habla culta, pulcra y bien elaborada sea usada para promover, mantener y profundizar condiciones de dominación mental y de todo tipo. Ejemplos de ello los encontramos en la historia, grandes oradores se han servido de su capacidad expresiva para manipular, adoctrinar y domesticar a multitudes. 

Entonces, también me cuestioné sobre las observaciones y críticas – en su mayoría altisonantes y con no poca carga discriminatoria – que se les hace a las personas que "no hablan bien". No se distingue la procedencia de las personas, aspecto que marca el habla individual de cada uno. Si alguien procede una comunidad rural que cuenta con características propias de expresión, seguro que marcará su manera de hablar. Habrá personas que “aprendan a hablar” y para ello tendrán que desaprender su propia palabra porque de lo contrario serán juzgados y categorizados como personas incultas y no aptas para asumir responsabilidades reservadas para personas de habla culta.

El lenguaje tiene una carga simbólica que la mayoría no sabe distinguir y por ello podemos sumarnos a una corriente que categoriza a las personas según cómo se adecuan al status quo oral y social. 

Si trasladáramos la atención puesta en la corrección del habla a la corrección de los actos, otro sería nuestro tema. Los pensamientos y convicciones no sólo se traducen con el lenguaje oral, es más a veces no hay palabras para expresarlos; pero nuestras acciones y actitudes son las que finalmente los concretizan.

17 de mayo de 2014

RETOS PARA EXAMINAR LA RELACIÓN DE MUJERES Y TRABAJO DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

La mesa redonda sobre mujeres y trabajo, organizada por el Centro de Comunicación Avanzada y la Alianza Francesa de Trujillo fue un espacio que nos permitió conocer de manera más precisa las condiciones laborales de las mujeres de La Libertad.

Las estadísticas, siempre frívolas, muestran una aparente mejora en el acceso al empleo, pero el análisis cualitativo nos lleva a considerar otros elementos que tienen que ver con la calidad de los empleos a los que acceden, las oportunidades que (no) se presentan desde el sector privado y desde el Estado y las diversas formas de discriminación de género que subyacen en las relaciones laborales.

El Centro Regional de Planeamiento Estratégico mostró estadísticas obtenidas de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2012, confirmando varios temas, entre ellos que aún falta mucho por trabajar en cuanto a enfoque de género en las instituciones públicas, especialmente en las locales y regionales, sobre todo en las que construyen indicadores para analizar la situación del país y proponer políticas de desarrollo.

A pesar que el INEI ya elabora estadísticas desagregadas por género y se han considerado algunos indicadores que permiten interpretar la situación de las mujeres respecto a la de los varones, aún no se reconoce como aporte económico al país, el trabajo doméstico y el trabajo comunal que las mujeres realizan. En relación a ello, las estadísticas nacionales ofrecen un dato relevante al demostrar que el 80% del tiempo que se dedica al cuidado de adultos mayores y enfermos es ocupado por las mujeres, lo mismo que el mayor tiempo del trabajo en casa (40 horas semanales de las mujeres frente a las 15 que le dedica el varón).


La división sexual del trabajo no sólo ha asignado actividades de menor reconocimiento social a las mujeres sino también ha invisibilizado su aporte. No se reconoce la doble jornada laboral que muchas mujeres cumplen, participando de un trabajo asalariado y del cuidado de la familia. Y en el caso de las que se dedican de manera exclusiva al cuidado de los futuros ciudadanos del país, simplemente, aparecen como inactivas en las encuestas sobre empleo.

El Estado tiene un compromiso pendiente con la mitad de la población del país, debe garantizar condiciones para su desarrollo integral, regular condiciones justas de trabajo asumiendo su papel de garante de las libertades fundamentales de todos/as, fiscalizando a empresas privadas que abusan de la condición de género de las mujeres y les desconocen derechos ganados  con luchas históricas. Seguimos teniendo mujeres trabajando más de 10 horas diarias en los campos agrícolas con salarios precarios y derechos vulnerados como el de libertad sindical.

Hay mucho por corregir en la estructura económica del país que afecta a los más vulnerables, no sólo a las mujeres. Por esta razón es importante que vayamos entendiendo y asumiendo la categoría sociológica de la interseccionalidad para entender las desigualdades sociales, dentro de ellas la de género, vinculándola  con otros elementos como la clase social, la etnia, la cultura, etc.

En esa medida entenderemos que el hecho de que más mujeres ocupen posiciones de poder no se explica en sí mismo como una solución a los problemas de subordinación, dependerá de la posición que asuman estas mujeres y de la bandera que levanten. No se trata únicamente de tener más puestos, dependerá de las condiciones laborales en las que se desenvuelven y si realmente estos trabajos se  presentan como oportunidades para su desarrollo y liberación o para la prolongación de nuevas formas de subordinación asalariada.

Hay hermanas muchísimo qué hacer, vamos avanzando desde diferentes frentes: la organización social, el ámbito político-partidario, el sindicalismo, la academia, la familia. El trabajo digno es un derecho no una cadena, es fuente de libertad no de opresión, tanto para los varones como para las mujeres.

25 de abril de 2014

COMUNICACIÓN PARA TRANSFORMAR EL MUNDO

P

aulo Freire, uno de los  más grandes pedagogos latinoamericanos de nuestro tiempo, nos enseñó que la palabra verdadera es aquella que transforma el mundo y que surge de la unión inquebrantable de acción y reflexión. Entonces comprendimos la importancia de descubrir nuestras palabras y de expresar el discurso que nos pertenece.


Esto podemos lograrlo siempre que generemos espacios de comunicación y diálogo en los que compartamos acciones y reflexionemos sobre ellas y sobre nuestro entorno; vale decir que debemos tener comunidad, sin ella o fuera de ella no podremos transformar el mundo. Esta tesis evidencia la radicalidad de la comunicación para el cambio social, así como su acción humanizadora.

“Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión” nos dijo Freire. De ahí que sea fundamental comprender que la comunicación tiene implicancias políticas y que debe contribuir a la formación de comunidades, así como al descubrimiento y la expresión de palabras verdaderas que transformen los órdenes injustos por nuevas condiciones de equidad.
La comunicación debe reemplazar al silencio y la imposición de ideas, contribuyendo a la organización social y a la formación de nuevos medios que recojan el discurso de comunidades silenciadas.


Este imperativo histórico nos plantea un reto en la formación de comunicadores/as sociales y en el ejercicio profesional. No podemos obviar la dimensión simbólica de la comunicación humana, capaz de crear y transformar, pero también susceptible de ser privatizada y manipulada. Seamos comunicadores/as capaces de decir la palabra verdadera y sobre todo capaces de facilitar el descubrimiento de los discursos auténticos de las clases y grupos sociales históricamente marginados. Revitalicemos la comunicación que transforma el mundo. 

Imágenes tomadas de:
http://vanderlanpedagogo-vanderlan.blogspot.com/2011/05/paulo-freire-um-educador.html
 http://proyecto36cerodesnutricion.blogspot.com/2011_05_01_archive.html