Los mitos son creaciones humanas compartidas en un ámbito
cultural determinado y que han cumplido
la función de cubrir vacíos frente a lo que no alcanzaba explicar la razón
humana común. Así, fueron sustentando los fundamentos de las religiones y
promoviendo, a partir de ese marco de entendimiento, interpretaciones de la
realidad y parámetros de conducta.

Un ejemplo claro lo hemos visto en el actual Congreso de la
República cuando se ha obstaculizado el debate sobre el proyecto de ley de
despenalización del aborto en casos de violación; primero, en la comisión de
Justicia y derechos humanos que en el mes de mayo lo archivó; posteriormente,
en la comisión de Constitución que en este mes evadió y postergó su debate.
Libertades en juego
Las libertades de las que gozamos actualmente las mujeres
han sido históricamente una conquista, una lucha contra la sociedad patriarcal y
la misoginia. Los movimientos feministas han contribuido a alcanzar condiciones
de mayor equidad entre varones y mujeres, desde los derechos civiles y
políticos hasta los derechos económicos, sociales y culturales.
Sin embargo, en nuestro país existe una flagrante y
vergonzante vulneración a la libertad sexual de las mujeres. Que Perú ocupe el
tercer lugar en el mundo en casos de violación sexual evidencia la incapacidad
del Estado de garantizar a las personas un entorno seguro. La cifra brindada en
un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2013 nos pone por debajo
solo de Etiopía y Bangladesh, donde
las violaciones crecen porque las mujeres son obligadas a casarse antes de los
15 años.
Si esta cifra no es suficiente para indignarse, conozcamos
el número de violaciones denunciadas anualmente que nos ponen en tan
despreciable lugar. Según datos del Ministerio Público son 15 mil peruanas las
abusadas sexualmente y el 90% de estos casos quedan impunes. Las estadísticas reportan
48 casos de violación sexual cada día, dos mujeres atacadas cada hora, de las
cuales el 78% corresponde a niñas y adolescentes. El Perú mantiene el primer
lugar de Sudamérica en violación sexual.
Si el Estado, las familias, las instituciones educativas y
la sociedad peruana en general hacen muy poco para impedir que esta realidad
oscura cambie; al menos, deberían garantizar que ante la vulneración de la
libertad sexual de las mujeres, ellas puedan tener la libertad de decidir abortar.
Según la OMS el porcentaje de mujeres violadas que resultan embarazadas oscila
entre el 10% y 30%.
Pero lamentablemente vivimos en una sociedad que no solo
demuestra estar enferma con estos indicadores sino también enferma de
indiferencia. Tenemos un Congreso de la República que no representa los intereses
de la ciudadanía, que sucumbe ante intereses personales y de grupos de poder,
que legisla en función de dogmas e impide hasta la posibilidad de debatir el
tema.
Siendo las cifras de violación sexual en el Perú a toda luz
escandalosas, siendo el 90% de las víctimas niñas y adolescentes, siendo que el
71% de la muerte de mujeres entre 15 y
29 años es por suicidio y que el riesgo de cometerlo aumenta en casos de
violación sexual, no podemos permitir que los mitos se impongan a la razón.
Demandar respeto a la
libertad

Si usted se indignó con esta información y considera que no
puede mantenerse inmune a esta realidad que se nos oculta, entonces súmese a la
corriente de opinión que pide al Congreso de la República que despenalice el
aborto en casos de violación. Demostremos que hemos evolucionado, que la
libertad y la dignidad humana es el principal referente de nuestra vida en
sociedad. El medioevo no debe retornar.