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Esto podemos lograrlo siempre que generemos espacios de comunicación y
diálogo en los que compartamos acciones y reflexionemos sobre ellas y sobre
nuestro entorno; vale decir que debemos tener comunidad, sin ella o fuera de
ella no podremos transformar el mundo. Esta tesis evidencia la radicalidad de
la comunicación para el cambio social, así como su acción humanizadora.
“Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo,
en la acción, en la reflexión” nos dijo Freire. De ahí que sea fundamental
comprender que la comunicación tiene implicancias políticas y que debe
contribuir a la formación de comunidades, así como al descubrimiento y la
expresión de palabras verdaderas que transformen los órdenes injustos por
nuevas condiciones de equidad.
Este imperativo histórico nos plantea un reto en la formación de comunicadores/as
sociales y en el ejercicio profesional. No podemos obviar la dimensión simbólica
de la comunicación humana, capaz de crear y transformar, pero también
susceptible de ser privatizada y manipulada. Seamos comunicadores/as capaces de
decir la palabra verdadera y sobre
todo capaces de facilitar el descubrimiento de los discursos auténticos de las
clases y grupos sociales históricamente marginados. Revitalicemos la
comunicación que transforma el mundo.
Imágenes tomadas de:
http://vanderlanpedagogo-vanderlan.blogspot.com/2011/05/paulo-freire-um-educador.html
http://proyecto36cerodesnutricion.blogspot.com/2011_05_01_archive.html