17 de diciembre de 2012

Navidad, tiempo para llamar a la indignación y a la acción

A propósito de la Navidad, comparto la carta de Miguel Ángel Remírez Oses, un amigo consecuente, solidario y luchador.


Davao, 10 de diciembre de 2012

Queridos/as hermanos/os y amigos/as:

Desde Davao, Filipinas, un saludo cariñoso para todos con ocasión de la cercana Navidad. Teniendo en cuenta la situación de incertidumbre, inseguridad e incluso hambre por la que están pasando decenas de miles de familias en España… y teniendo delante la desolación que el pasado día 4 de diciembre dejó el tifón Pablo a su paso por las provincia de la región Davao: los muertos pueden ascender a mil; los sin casa, miles de familias, y los daños materiales, sin cuento… Teniendo todo ello en cuenta, no sé si es tiempo para desear felicidad o para llamar a la indignación.

¿Por qué llamar a la indignación? ¿Indignarse ante una crisis económica?, ¿indignarse ante un fenómeno de la naturaleza?... Las cosas no ocurren porque sí, porque tienen que ocurrir. Hay causas y hay culpables. Todos sabemos que la profunda crisis económica por la que está pasando España y otros países europeos tiene su origen, en gran parte, en la avaricia y el desmedido afán de acumulación de riquezas de unos pocos y en la corrupción y el desgobierno de muchos. Con razón, las masas están indignadas… Los tifones no los programa nadie; son fenómenos de la naturaleza, a veces impredecibles. Pero cuando después de la catástrofe uno escucha que en las zonas más afectadas se ha practicado la tala ilegal y/o indiscriminada de árboles y la minería ilegal que dejan las laderas de los motes desnudas por donde luego desciende la muerte en forma de agua, lodo y piedras… esto nos indigna.

¿Qué haría ese Jesús cuyo nacimiento celebramos en la Navidad? ¿Qué diría ese Jesús que gritaba por los caminos y calles de Galilea que “El sufrimiento de los inocentes debe ser tomado en serio”? El anunciaba y hacía “buenas noticias”, pero se indignaba cuando se oprimía al pobre, se excluía al que puede menos o se despreciaba la vida. Jesús viene a despertarnos de nuestro letargo e indiferencia y a animar nuestra indignación contra todo tipo de injusticia.

Pero ese mismo Jesús que fue un luchador contra la indiferencia y el escepticismo nos trae también esperanza. Su indignación, como dice J.A. Pagola, “se convierte en imaginación creativa y en gestos de bondad. Da gestos de aliento porque cree en un Dios Amigo de la Vida”. El nos grita también que algo se puede cambiar. Decir que la situación no tiene salida, es falso. Esta situación de injusticia y de dolor no es lo que Dios quiere. Podemos hacer un mundo más humano si somos más solidarios.

Ese mismo Jesús que celebramos en la Navidad nos dio ejemplo de solidaridad y sembró la semilla de la fraternidad universal. El testimonio de su vida tiene una fuerza inmensa y, después de dos mil años, su ejemplo sigue animando la marcha de millones de personas solidarias.

¿Cuál va a ser tu gesto de solidaridad en esta Navidad? Nuestra pequeña comunidad de Acción Solidaria de Davao ha decidido hacer un esfuerzo especial para ayudar a parientes (varias familias) de uno de nuestros aspirantes (Denis) a quienes el tifón Pablo dejó en la calle sin casa y sin pertenencias.

Que vuestra indignación os lleve a la solidaridad… A todos os deseo una Navidad muy solidaria, con JESÚS, EL HOMBRE MÁS SOLIDARIO QUE JAMÁS EXISTIÓ.

Miguel Ángel Remírez.